lunes, 25 de octubre de 2010

No hay peor muerto que el que no quiere morir

Afuera, en el patio, los pasos, como de gente que ronda. Ruidos callados. Y aquí, aquella mujer, de pie en el umbral; su cuerpo impidiendo la llegada del día; dejando asomar, a través de sus brazos, retazos de cielo, y debajo de sus pies regueros de luz; una luz asperjada como si el suelo debajo de ella estuviera anegado en lágrimas. Y después el sollozo. Otra vez el llanto suave pero agudo, y la pena haciendo retorcer su cuerpo.
-Han matado a tu padre.
-¿Y a ti quién te mató, madre?


1 comentario:

  1. Si has leído a Juan Rulfo, si has leído su mejor obra, si no sabes quién era el autor y quién el personaje, si te ha impresionado este pasaje escrito en los cincuenta con voz de ahora, habrás pensado en morir matando con las botas puestas como Pedro Páramo.

    ResponderEliminar